La Organización de Mujeres Empresarias y Profesionales (Omep) de la Región de Murcia inicia una nueva etapa bajo la presidencia de Noemí Muñoz de Arcos, directora de Operaciones de Sucesores de Muñoz y Pujante. Con experiencia en la gestión empresarial y un firme compromiso con la igualdad, Muñoz de Arcos asume el reto de reforzar el papel de las mujeres en el tejido económico regional y proyectar la voz de las empresarias en la sociedad. En esta entrevista comparte su visión sobre los desafíos actuales, de la importancia de la corresponsabilidad, la necesidad de apostar por la tecnología y de cómo quiere ampliar la presencia de la asociación en toda la Región.
Enhorabuena por asumir este reto. ¿Qué le ha llevado a dar este paso?
Realmente fue un grupo de compañeras de la Junta que se pusieron en contacto conmigo. Me dijeron: “necesitamos que nos ayudes a ayudar a otras mujeres”. ¿Y quién puede decir que no a eso?
¿Qué significa para usted asumir esta responsabilidad y cuáles serán sus prioridades?
Es una gran responsabilidad, pero también lo tomo como un reto. Soy consciente de que represento a muchas mujeres con perfiles muy diversos, algunas parecidas al mío y otras muy distintas. En mi caso, soy empresaria en el ámbito industrial, con una empresa de cierto tamaño, pero me toca representar a mujeres de todos los sectores, edades y dimensiones de empresa. Mi gran responsabilidad es que todas sientan que OMEP las representa.
¿Cuáles son los retos más urgentes para las mujeres empresarias y profesionales de la Región de Murcia?
Creo que es vital conectar con la juventud. Yo lo sufrí en primera persona: tuve que incorporarme al mundo empresarial por necesidad, no por elección, siendo muy joven y sintiéndome bastante sola y perdida. Quiero apoyar a las jóvenes que empiezan y tienen más dificultades. Tenemos que unir la fuerza, la ilusión y la visión de las nuevas generaciones con la experiencia de las que ya llevamos años.
¿Y para las empresarias con más trayectoria?
El reto es estar abiertas y preparadas para los cambios constantes. Hoy todo va muy rápido y debemos seguir formándonos, no solo en herramientas, sino también a nivel mental y emocional, para adaptarnos continuamente.
¿Qué papel juega la innovación en este sentido?
Es fundamental. Por ejemplo, todos hablamos de la inteligencia artificial (IA), pero en una encuesta que hicimos sobre intereses formativos, apenas aparecía entre las prioridades. Sin embargo, nos guste o no, la IA ha llegado para quedarse. Es una herramienta muy potente y hace a las empresas más eficientes. Hay que perderle el miedo y formarse.
¿Cuáles fueron los temas más demandados en esa encuesta?
Principalmente finanzas, gestión estratégica, redes sociales y comunicación. Por eso, nuestra intención es organizar, como mínimo, una actividad formativa mensual, además de fomentar el networking. Al final, lo más valioso de una asociación es la red que se genera. No se trata de vender, sino de compartir problemas y soluciones, apoyarnos y aprender de las experiencias de las demás.
¿Cómo valora el tejido empresarial femenino en la Región de Murcia?
Ha crecido mucho, pero aún queda trabajo. En la universidad, el 60% del alumnado ya son mujeres, pero solo el 20 % de los proyectos de emprendimiento tienen liderazgo femenino. No se trata de forzar nada, pero sí de dar referentes y mostrar que es posible.
¿Por qué cree que las mujeres emprenden menos que los hombres?
Todavía pesan los patrones sociales y familiares. Yo tuve la suerte de contar con un padre que dijo que cualquiera de sus hijos, hombre o mujer, podía liderar la empresa. Pero no siempre ha sido así. En generaciones anteriores, muchas mujeres quedaban relegadas a la oficina o a un papel secundario.
¿Cómo ha sido su experiencia profesional?
Estudié Química, luego Ciencias y Tecnología de los Alimentos y también un máster en Calidad. Mientras estudiaba, trabajaba en la empresa familiar, pero yo quería tener también experiencia en otros sitios. Así que me fui. Trabajé cuatro años en una empresa que, a priori, puede parecer competencia de la mía, la de José María Albarracín (ex presidente de Croem). Nunca pensé que me fuera a elegir porque no es habitual que un pimentonero contrate a la hija de otro pimentonero. Fui directora de Higiene y Medio Ambiente. Aprendí muchísimo allí. De hecho, considero a José María Albarracín uno de mis referentes empresariales, junto a mi padre.
¿Tiene referentes femeninos actuales en la Región de Murcia?

Sí. Admiro mucho a Lourdes Sastre, de Lorca Marín, pionera en responsabilidad social corporativa. También a María Baños, de La Colegiala, una empresa familiar que apuesta por la calidad y el producto local.
En su trayectoria, ¿ha sentido diferencias por ser mujer?
Hace 20 años sí, notaba cierto paternalismo en reuniones, quizá también por la edad que tenía entonces. Hoy la situación es más igualitaria y natural. Antes se cuidaban de no decir ciertas cosas delante de mí; ahora ya no hay esas diferencias. Eso es un avance.
¿Cuál sería su sueño como presidenta de OMEP?
Lograr una igualdad plena y real. Y eso pasa por la educación, tanto de hombres como de mujeres, y por avanzar en corresponsabilidad. No podemos seguir con el modelo de superwoman: las mujeres tienen que soltar y los hombres coger más responsabilidades en el hogar.
¿Cree que los hombres están avanzando en corresponsabilidad?
Hay de todo. Depende mucho de la educación recibida en cada familia. En la mía, por ejemplo, mi hermano fue educado en corresponsabilidad y hoy comparte la casa al 50 % con su mujer. Pero no siempre es así.
¿Qué fortalezas y carencias detecta en el tejido empresarial femenino murciano?
Como carencia, el miedo a la tecnología. Y como fortaleza, la capacidad de lucha, de sacar adelante el trabajo, la familia y las relaciones. Las mujeres estamos acostumbradas a tirar del carro.
¿Cree que la sociedad murciana reconoce el papel de las empresarias?
Las instituciones sí están muy volcadas, pero a la sociedad todavía le falta un poco. Hay que animar a más mujeres a lanzarse.
¿Qué mensaje daría a las jóvenes que sueñan con emprender?
Que no lo duden. Hoy hay muchas ayudas y gente dispuesta a apoyar. Es mejor equivocarse joven, cuando aún no se tienen tantas cargas, que esperar demasiado. Y nunca es tarde: también hay mujeres que emprenden a partir de los 50.
¿Qué proyectos concretos pondrá en marcha en OMEP?
Queremos llegar a toda la Región, no solo a Murcia capital. Hay empresarias muy potentes en Yecla, Lorca, Cartagena… Tenemos que acercarnos a ellas con actividades y encuentros en sus municipios. Eso hará la red más fuerte y conectada.
Como directora de operaciones de Sucesores de Muñoz y Pujante, ¿cómo compatibilizará la empresa y la presidencia de OMEP?
No me asusta porque tengo un equipo muy sólido y el apoyo total de mi hermano. Me pilla en un buen momento. Si esto hubiera ocurrido el año pasado, justo con el incendio que sufrimos, no habría podido aceptarlo. Pero de cada crisis hemos salido más fuertes y optimizados, lo que me permite ahora liberar tiempo para OMEP.
¿Qué pediría a las administraciones?
Agilizar trámites y simplificar burocracia. He tenido buena acogida en mis contactos con la Administración, pero los procesos siguen siendo demasiado lentos. Necesitamos más agilidad para poder generar riqueza.
¿Qué es lo mejor de ser empresaria?
La libertad de poder desarrollarme al 100 %, soñar algo, estudiarlo y llevarlo a cabo. Para mí es emocionante, no hay dos días iguales. Eso sí, no es para todo el mundo: hay que saber gestionar la incertidumbre. Al principio cuesta, pero se aprende, y con el tiempo ya casi nada me quita el sueño.