La Mar de Músicas celebra su aniversario con Corea del Sur como país invitado y una potente presencia femenina sobre el escenario
En Cartagena, el mar no solo baña las piedras milenarias de su puerto, también le pone música al verano desde hace ya tres décadas. La Mar de Músicas alcanza este mes de julio su 30ª edición como uno de los festivales más respetados y singulares del panorama nacional. Nacido con vocación internacionalista y espíritu ecléctico, el certamen celebrará del 18 al 26 de julio su historia con una programación que mira al futuro sin dejar de rendir homenaje a sus raíces: la mezcla, la apertura y la cultura como lenguaje común.
Este 2025 el país invitado es Corea del Sur, una elección que responde tanto a la efervescencia cultural del país asiático como a la intención de mostrar su riqueza más allá del fenómeno K-pop. Con más de cuarenta conciertos, exposiciones, cine, literatura y propuestas gratuitas al aire libre, el festival vuelve a desplegar su esencia por diversos escenarios del casco histórico, desde el Auditorio Paco Martín hasta el Castillo Árabe, pasando por plazas y terrazas que se convierten en puntos de encuentro con sonidos de los cinco continentes.
COREA, MUCHO MÁS QUE POP
La presencia surcoreana será una de las más amplias que ha acogido el festival. Destacan nombres como Youn Sun Nah, una de las voces más internacionales del jazz asiático, o Jambinai, grupo que fusiona instrumentos tradicionales coreanos con guitarras eléctricas y sonoridades post-rock. También actuarán Leenalchi, con una revisión contemporánea del canto narrativo pansori, y Dal:um, dúo femenino que apuesta por el minimalismo instrumental. Para los amantes del pop, el grupo W24 y los emergentes Bewave representan el lado más fresco y accesible de la escena coreana actual.
Pero la apuesta por Corea va más allá de la música. El festival ha programado una retrospectiva de cine surcoreano, una muestra de arte contemporáneo en el Palacio Consistorial y un encuentro literario con autores coreanos traducidos al español, todo ello bajo la mirada de la diversidad y el entendimiento intercultural.
MUJERES QUE SUENAN FUERTE
El otro gran eje de esta edición será la presencia femenina: la mitad de los conciertos estarán liderados por mujeres, muchas de ellas referentes en sus géneros y en sus países. Abrirá el festival la mexicana Natalia Lafourcade, que regresa a los escenarios europeos con su proyecto más íntimo y poético. Junto a ella, otras figuras destacadas como Arooj Aftab, primera artista pakistaní nominada a un Grammy, la cantaora jienense Ángeles Toledano, o la gallega Silvia Pérez Cruz, darán voz a distintas formas de entender lo femenino en la música actual.
El concierto conjunto de Silvia Pérez Cruz y Salvador Sobral es uno de los más esperados de esta edición de La Mar de Músicas. Ambos artistas actuarán el jueves 24 de julio en el Auditorio Paco Martín del Parque Torres, presentando su álbum conjunto que incluye canciones de autores como Jorge Drexler, Luísa Sobral y Lau Noah. Este concierto ha generado una gran expectación, agotando todas las entradas disponibles.
Desde Senegal, llegará Seun Kuti, hijo del legendario Fela Kuti, acompañado por la mítica banda Egypt 80, y también lo hará la Orchestra Baobab, con medio siglo de historia a sus espaldas. De América Latina aterrizará la boliviana Luzmila Carpio, una de las grandes embajadoras de la música indígena andina, y el brasileño Toquinho, leyenda viva de la bossa nova, que además recibirá el Premio La Mar de Músicas 2025 por su trayectoria artística.
España estará representada por artistas de largo recorrido como Kiko Veneno, Mala Rodríguez y Amparanoia, así como por propuestas más jóvenes y personales como Valeria Castro, Guitarricadelafuente o el colectivo G5.
Además de los conciertos de pago, que tendrán lugar en el Parque Torres y el antiguo CIM, habrá actuaciones gratuitas en espacios como la Plaza del Ayuntamiento o la Terraza del Auditorio El Batel, confirmando una vez más el compromiso del festival con la accesibilidad cultural.
Las entradas individuales están ya a la venta desde abril y los abonos se agotaron a los pocos días de su salida, lo que anticipa una edición de gran afluencia. Más allá de cifras, lo que late con fuerza es el espíritu de un festival que ha sabido crecer con criterio y sin perder su identidad.
Treinta años después, La Mar de Músicas sigue siendo un lugar donde el mundo se escucha mejor.
Fotografías: La Mar de Músicas.