En la pedanía murciana de Espinardo se alza un antiguo molino de pimentón de 1925, de intenso color rojo oscuro y ventanales enrejados, ocupa toda la manzana como un recordatorio silencioso de la pujanza industrial que vivió Murcia entre los siglos XIX y XX. Nada hace pensar que, tras su gran portón, se esconde uno de los restaurantes más singulares de la región. Quien llega debe llamar al timbre, y al cruzar la puerta, queda claro que Taúlla es un lugar diferente.
Esa sensación también marcó a Rodi Fernández, el chef que dirige el proyecto desde hace cuatro años. En sus palabras, aquel primer encuentro con el molino fue determinante porque sintió que quería trabajar allí, atrapado por la belleza del edificio, al que considera “el restaurante más bonito de Murcia”. Por suerte, un tiempo después, sus dueños, Ramón Carrasco y Germán González, decidieron contar con él para una nueva etapa.

El antiguo molino se divide en tres alturas y mantiene numerosos vestigios de su pasado industrial. La planta superior, hoy es utilizada para eventos, mientras que en la planta baja es una sala amplia y luminosa en la que conviven gastronomía y patrimonio. En el sótano, convertido en reservado, una estantería exhibe latas antiguas de pimentón y se conservan piezas históricas como una rueda de moler o los sellos metálicos con los que se marcaban los sacos. El resultado es un ambiente envolvente en el que la tradición se hace presente sin restar protagonismo a la cocina.
Nuevo capítulo gastronómico
Con la incorporación de Rodi comenzó un nuevo capítulo para Taúlla. Su objetivo era elevar el nivel sin perder el carácter divertido que siempre ha marcado su cocina, una mezcla de elegancia y juego, de técnica y sorpresa. Desde pequeño, la cocina fue un lugar de disfrute. Él mismo recuerda cómo ayudaba a su madre a preparar bizcochos y magdalenas y cómo ese vínculo temprano acabaría guiando toda su trayectoria.

Formado en la Escuela de Hostelería, realizó sus prácticas con Pablo González en el Hotel Amistad y trabajó en la Gran Taberna junto al recordado Pedro Arnaldos, una etapa que recuerda como decisiva por lo que aprendió sobre el trabajo en equipo y la importancia de cocinar con alegría incluso bajo presión. Después pasaría por Casa Alfonso en Campoamor, justo cuando consiguieron la Estrella Michelin, y acumularía experiencia en proyectos como Hacienda del Álamo o Collados de la Sagra. Más tarde dirigiría La Cava de Royán durante siete años antes de asumir Taúlla.
Tras casi cuatro años al frente, considera que la cocina del restaurante ha ganado personalidad, con platos más delicados y elaborados. Asegura que el proyecto ha crecido “en todos los aspectos”.
La propuesta: tradición, fusión y sorpresa
Rodi define su cocina como tradicional, pero con sabores fusionados y una presentación vanguardista. Busca que cada plato tenga matices inesperados y un emplatado capaz de sorprender. Tres entrantes se han convertido en imprescindibles de la carta: la hueva, el panigiri de atún y el ajo verde. Las huevas de mújol, elaboradas de manera poco convencional, se presentan en tres versiones —pimentón, cacao y café— y suelen despertar gran curiosidad entre los comensales.

Otros platos destacados son la anguila ahumada con ajo verde de pistacho, piñones, uva y pepino, el huevo a baja temperatura, salsa de trufa blanca y crudité de champiñon al ajillo. También ha incorporado el pulpo al horno, sobrasada, boniato y angula de monteunas y el ravioli de buey de mar, hinojo y crema de cigalas.
La carta es dinámica y muy influida por el mercado. Rodi decide en función de lo que encuentra al comprar y admite que muchas veces los clientes se dejan llevar y piden que él mismo elija por ellos. El 80% opta por el menú degustación, lo que le permite variar y mantener el factor sorpresa. Dispone de dos opciones, Menú Molino, con 15 pases (69€) y el Manu Taúlla, que consta de 17 pases (79€).

Entre los principales, siempre incluye la paletilla de cabrito a baja temperatura, el lomo de vaca a la brasa y pescado de lonja. Merluza, lecha o corvina pueden aparecer en función de la oferta del día.
El público ha respaldado su propuesta. Además, está recomendado por la Guía Michelín 2024 y cuenta con un Sol de la Guía Repsol. El chef mira ahora hacia un nuevo reto: abrir la barra de Taúlla en el centro de Murcia, un espacio dinámico inspirado en Sala de Despiece, en Madrid, donde los cocineros trabajen delante del cliente. Confía en que pueda convertirse en realidad pronto.
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