El arte de Ramón Gaya fue siempre un diálogo con la memoria y con los grandes maestros de la pintura y ese diálogo cobra vida hoy con la llegada de la exposición ‘Ramón Gaya. Homenajes a Tiziano’, una obra que viene a mostrar cómo el pintor murciano rindió tributo a través de sus obras a uno de los referentes esenciales de su trayectoria como es el veneciano Tiziano.
La muestra, compuesta por 16 obras, algunas de ellas procedentes de colecciones privadas, muestra cómo Gaya convirtió la ausencia de los grandes maestros durante su exilio en México en un acto de resistencia y mantenimiento cultural, creando un «museo portátil» en su propia casa-estudio.

De esta forma, sobre una mesa o una cómoda el artista reunía reproducciones en blanco y negro o en color acompañadas de objetos cotidianos como copas, flores, libros o telas, que evocaban la atmósfera de una pintura de Tiziano. Este espacio fue bautizado por Concha de Albornoz como ‘Altarcitos’.
Los homenajes de Ramón Gaya
Los homenajes son una de las claves en la obra de Gaya, ofrendas silenciosas a los pintores que más añoraba, su modo de dialogar con el arte del pasado. El primero de esos homenajes fue precisamente a Tiziano con ‘El amor sagrado y el amor profano’, obra maestra conservada en Roma.

A partir de ese momento, los homenajes se volvieron más deliberados y desde entonces Velázquez, Rembrandt y otros nombres reconocidos fueron apareciendo en la obra de Gaya, pero siempre con Tiziano como piedra angular, puesto que para él, el pintor veneciano representaba una modernidad más verdadera y duradera que la de las vanguardias.

La exposición recoge no solo los homenajes pictóricos, sino también las postales que el artista utilizaba para componerlos, elementos esenciales para comprender la sensibilidad con la que Gaya resignificaba la memoria de los maestros antiguos. En sus cuadros, el murciano condensó ecos de Dánae, Noli me tangere, Carlos V a caballo o las bacanales, siempre bajo esa luz crepuscular que para él era la hora verdadera de la pintura.
Con esta inauguración, se rinde tributo a uno de sus artistas más universales, y lo hace reconociendo su fidelidad a la gran tradición pictórica y su capacidad de actualizarla con un lenguaje propio. Una oportunidad única para reencontrarse con Gaya desde la perspectiva de sus maestros, y en especial desde su admirado Tiziano.