50 años de joyería de autor con el sello ‘made in Murcia’

La actual CEO de Díaz Gil Joyeros, Mariló Díaz, junto a su padre, Enrique Díaz Almagro, que fundó la marca de joyería en 1972 / Ana Bernal.
La actual CEO de Díaz Gil Joyeros, Mariló Díaz, junto a su padre, Enrique Díaz Almagro, que fundó la marca de joyería en 1972 / Ana Bernal.

Más de medio siglo de historia avala a Díaz Gil Joyeros, una firma que ha convertido la artesanía y la personalización en su sello distintivo. Fundada en 1972 por Enrique Díaz Almagro y Ángeles Gil, esta joyería murciana mantiene vivo su legado bajo la dirección de Mariló Díaz, hija de los fundadores, gemóloga y actual CEO.

Desde su taller propio en El Palmar, en la calle Mayor, 95, Díaz Gil Joyeros no solo diseña y fabrica para su clientela particular, sino que produce para más de 300 joyerías en toda España. Supera las 10.000 piezas realizadas en oro de 18 quilates y trabaja exclusivamente con metales nobles —oro, plata y platino—, combinando técnicas artesanales con tecnologías como el modelado 3D y el corte láser.

Mariló lo resume con claridad. “Combinamos lo tradicional con nuevas tecnologías para hacer piezas que antes no se podían realizar. Todo artesanal. Tener una fábrica es nuestra seña de identidad. Es más complicado, pero puedes hacer lo que quieras. Todo Made in Murcia”.

En un sector donde gran parte de la producción se externaliza, Díaz Gil Joyeros conserva los siete procesos artesanales de cada joya, con un especialista al frente de cada fase. El resultado son piezas únicas, ya sea por encargo del cliente o a partir de un catálogo con más de mil diseños que pueden adaptarse y personalizarse. Cada mes, el taller suma alrededor de veinte nuevos modelos.

NUPCIAL Y A MEDIDA: EL ADN DE LA FIRMA

La joyería nupcial ocupa un lugar central en la identidad de la casa. “No vendemos joyas, vendemos emociones”, recalca Mariló, subrayando que cada pieza es única para cada cliente. Alianzas, solitarios y joyas de compromiso se elaboran íntegramente en el taller, con tendencia creciente a incluir gemas de color naturales. 

“En España solo somos tres joyerías que hacemos producción en serie y fabricamos en el país”, destaca Mariló. Esta capacidad les permite ofrecer piezas que combinan elegancia y durabilidad con un marcado valor sentimental. 

La trazabilidad y la procedencia responsable de cada material son innegociables. Todas las joyas llevan el sello de fabricante y del metal, y los metales se adquieren únicamente en organismos oficiales. Las piedras preciosas se seleccionan por su pureza y origen, con diamantes procedentes de mercados regulados como Amberes. 

ENTRE LO CLÁSICO Y LO MINIMALISTA

Si bien los clásicos —solitarios de brillantes, medias alianzas, pendientes largos de perla o pulseras Riviere— siguen siendo los más demandados, la firma explora nuevas líneas más minimalistas, con figuras geométricas y gemas en tendencia como aguamarina, morganita, tanzanita o turmalina. También se adentran en la joyería masculina, con pulseras Riviere en brillante negro o rubí, y colecciones de compromiso más creativas y espectaculares.

La apuesta por la personalización se refuerza con la posibilidad de que el cliente diseñe su propia joya junto al equipo de la firma. Una iniciativa que ha tenido una calurosa aceptación, especialmente entre los novios. Y, mirando al futuro, el gran objetivo es abrir una tienda física en la ciudad de Murcia, que permita llevar su concepto de joyería de autor más cerca de un público cada vez más exigente y diverso.

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